Una CDN o red de distribución de contenidos es un conjunto de servidores ubicados en distintos lugares del mundo. Suele relacionarse con muchos tipos de servicios de distribución de contenidos, como el equilibrio de carga o el streaming de vídeo.
Gracias a la red de servidores de una CDN, las empresas pueden ofrecer con más rapidez y eficacia contenidos desde la página web o aplicación móvil a los usuarios, en función de la ubicación geográfica de estos. Es decir, el concepto de CDN acerca los datos y las aplicaciones al usuario final, con lo que se incrementa la velocidad, se refuerza la seguridad y se mejora la experiencia de uso.
El modelo de red de distribución de contenidos aporta muchos beneficios. Por ejemplo, mejora la experiencia de uso, refuerza la seguridad y reduce los costes.
Menor tiempo de carga Con las CDN, los datos ya no tienen que recorrer grandes distancias, dado que el contenido se ofrece desde servidores ubicados cerca del usuario final. Como resultado, las CDN reducen en gran medida el tiempo de carga de las páginas web, incluso de las que tienen mucho contenido multimedia cuya carga requiere un ancho de banda elevado. Una mejora de la experiencia de uso de este tipo supone una gran ventaja para muchos tipos de empresas, tanto en lo relativo a su imagen, que sale reforzada, como al volumen de ventas, que aumenta.
Mejora de la disponibilidad Los mensajes de error ya son cosa del pasado: gracias a las CDN, las aplicaciones y los sitios web siempre están activos para el usuario final. Si el servidor de origen queda fuera de servicio, la CDN puede seguir enviando el último contenido almacenado en caché desde POP, o puntos de presencia, que están distribuidos estratégicamente por el mundo para ofrecer el máximo rendimiento.
Mayor escalabilidad Las CDN posibilitan que las empresas ajusten su escala según la demanda. Aunque el tráfico web suele ser uniforme durante la mayor parte del año, algunas promociones especiales, como el Black Friday o noticias de última hora, pueden generar picos de tráfico a veces imprevistos. Para salvaguardar su experiencia de uso, las empresas solían comprar o alquilar servidores adicionales que les permitieran dar respuesta a dichos picos. No obstante, una inversión así no sale a cuenta si los servidores solo se usan de manera puntual.
En cambio, las CDN permiten que las empresas normalicen su gasto en servidores y racionalicen el volumen de espacio que adquieren. Cuando surge de verdad algún pico de tráfico, pueden redirigirlo a un POP ubicado en otra parte del mundo, no al origen. Esta escalabilidad se implementa bajo demanda: la empresa adquiere más capacidad cuando la necesita. Además, el equilibrio de carga permite a los servidores distribuir las peticiones a lo largo y ancho de la red, lo que facilita una toma de decisiones óptima en materia de enrutamiento y proporciona una mayor resiliencia.
Mayor seguridad Las redes de distribución de contenidos ofrecen más capas de seguridad. En primer lugar, las CDN son más resistentes a ciertos tipos de amenazas de ciberseguridad porque el tráfico se enruta a través de POP. Así, protegen tu sitio web frente a ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS), que sobrecargan los servidores de origen con tráfico fraudulento para ralentizar sitios web o incluso bloquearlos. En esta situación, la extensa red mundial de cualquier CDN, que está dotada de un gran ancho de banda, es capaz de absorber el tráfico e impedir que alcance el servidor de origen del cliente.
En segundo lugar, las CDN facilitan el cifrado de datos. Los datos son vulnerables en sus trayectos a través de la red, por lo que deben cifrarse mediante protocolos como TLS (seguridad de la capa de transporte) o SSL (capa de sockets seguros). Así, solo el destinatario previsto puede descodificar y leer la información. Las CDN ayudan a proteger los sitios web gracias a certificados TLS o SSL que garantizan un alto grado de autenticación y cifrado.
Las CDN también pueden defender tus sitios y aplicaciones mediante un firewall de aplicaciones web (WAF). Los WAF incluidos en las CDN analizan y canalizan el tráfico entrante o saliente de cualquier sitio, lo que les permite neutralizar amenazas a la capa de la aplicación (capa 7). Revisan todas las peticiones HTTP y actúan como escudo para bloquear el tráfico sospechoso, por lo que solo permiten el paso del tráfico seguro. Este proceso, que previene amenazas como los ataques de scripting entre sitios (XSS) y los ataques por inyección de código SQL, no afecta al usuario. Asimismo, las CDN protegen frente a bots, programas que ejecutan tareas automatizadas y que pueden servir para ejecutar ataques maliciosos. Gracias a las tecnologías de detección, las CDN son capaces de identificar y neutralizar con rapidez las amenazas que presentan los bots.
Menos costes en ancho de banda Por último, las CDN ayudan a las empresas a ahorrar en ancho de banda. Al redirigir el tráfico del servidor de origen a los servidores de la CDN, esta reduce los gastos de la infraestructura de origen y de tráfico de salida. Si la CDN almacena el contenido en la caché, ya no tiene sentido mantener el modelo antiguo, en el que los datos viajan al origen.
Las empresas con presencia online (como plataformas de comercio electrónico, prensa digital, redes sociales y sitios web de entretenimiento) son las primeras interesadas en tener una red de distribución de contenidos:
Implementar una CDN en grandes plataformas de comercio electrónico ayuda a gestionar periodos de tráfico intenso, regular los picos previstos e imprevistos y reforzar las medidas de seguridad relativas a las transacciones. Este tipo de plataformas engloba diversos sectores, incluidos el de retail y la hostelería
Del mismo modo, la prensa digital, con gran número de lectores por todo el mundo, puede beneficiarse del uso de CDN para gestionar el tráfico, las descargas de páginas y las transacciones, entre otros.
Las CDN son la solución ideal para sitios web de entretenimiento (incluidos sitios de streaming que ofrecen contenido de alta definición en tiempo real), cuyos usuarios esperan disfrutar de una experiencia uniforme de gran calidad.
Por su parte, los proveedores de servicios financieros mejoran las experiencias de sus usuarios al servirse de las CDN para almacenar API en caché. De este modo, logran distribuir contenidos muy dinámicos, como los valores de las acciones en bolsa.
A los sitios de redes sociales, que registran altos volúmenes de tráfico y publican contenidos multimedia de todo tipo, las CDN les ayudan a reforzar y regular la experiencia de uso.
Finalmente, las empresas tecnológicas de vanguardia aprovechan las CDN para obtener datos clave y análisis que sirven de base para decidir cómo seguir mejorando la experiencia de uso. Es decir, una CDN que aporta análisis y registros en tiempo real proporciona información reveladora y práctica que permite a estas empresas diferenciarse de la competencia.
Los anteriores son solo algunos ejemplos de empresas que han cosechado los frutos de implantar una CDN. Si el sitio web que diriges recibe mucho tráfico o emplea mucho ancho de banda, puede que tu negocio te esté pidiendo a gritos una CDN.
Veamos un ejemplo que ilustra cómo logran las CDN distribuir contenido a los usuarios con más rapidez y eficiencia.
Pongamos por caso un usuario final que visita su portal de noticias favorito. En cuanto teclea la URL para iniciar la comunicación entre el navegador y el servidor del sitio donde se aloja la página web (el origen), los trayectos de ida y vuelta entre ambos siguen una serie de pasos: la transmisión de la búsqueda del DNS, el enrutamiento, un protocolo de enlace de TLS y TCP y, finalmente, la transmisión HTML junto con varios archivos, como CSS, JavaScript y vídeos o imágenes del sitio de noticias.
Pongamos que el usuario vive en San Francisco y que el servidor del portal de noticias está en Nueva York. Recuerda que las comunicaciones entre el navegador del usuario y el servidor del portal se producen a través de cableado real. Esto significa que la distancia física entre San Francisco y Nueva York añade retraso, o «latencia», a la experiencia de navegación. Ahora imaginemos que nuestro usuario vive en Australia y que las comunicaciones tienen que hacer trayectos de ida y vuelta entre Australia y Nueva York. Lógicamente, esa distancia incrementaría la latencia de manera significativa, con lo que la experiencia de uso resultaría gravemente afectada.
Sin embargo, la situación cambia drásticamente si añadimos una CDN a la ecuación.
Ya sabemos que, cuanto más cerca esté el usuario del servidor del portal de noticias, más rápida será la experiencia. Bueno, pues es aquí donde intervienen las CDN, ya que acercan físicamente los servidores a los usuarios finales, con la consiguiente reducción de los tiempos de carga.
Conociendo esa ventaja, el portal de noticias ha decidido «almacenar en caché» su contenido en varias CDN. O sea, lo guarda de forma temporal. Así, el navegador del usuario se puede comunicar con un servidor ubicado en un lugar más cercano, lo que ahorra trayectos de ida y vuelta entre Nueva York y San Francisco. En cuanto al usuario que tenemos en Australia, su navegador se puede conectar a un POP de esa parte del mundo, como puede ser Sídney.
Además, como el contenido almacenado en caché solo se guarda temporalmente, las CDN también purgan contenido; es decir, lo eliminan y actualizan de forma constante. En consecuencia, las empresas ya no tienen que preocuparse de si distribuyen contenido caducado: gracias a las CDN, se distribuye automáticamente el contenido más actualizado. Por eso, nuestro usuario nota que la noticia que busca se carga mucho más rápido y puede consultar los últimos titulares a lo largo del día. En definitiva, las CDN potencian enormemente la experiencia de uso, y suponemos que también la fidelidad de los usuarios, que no dudarán en volver a ese portal de noticias.
Acabamos de presentar varios ejemplos de la utilidad de las redes de distribución de contenidos y cómo aportan valor añadido a tu empresa; en este caso, optimizando el rendimiento del sitio web y potenciando la experiencia online de los usuarios. Estas ventajas se traducen, además, en una mejora de la imagen de la empresa y la fidelidad de sus clientes. De hecho, para muchos sectores, las CDN solo ofrecen ventajas: ayudan a incrementar el rendimiento, la disponibilidad, la escalabilidad y la seguridad al mismo tiempo que reducen costes.